Para cuando a mitad de película empecé a bostezar, ya era demasiado tarde para corregir el error.
Star Wars es más que una saga de ciencia ficción. Por supuesto es ciencia ficción y entretenimiento. Es lenguaje cinematográfico norteamericano, por tanto no puede separarse del entretenimiento. Pero es más, es la oposición del bien y el mal, es la relación padre-hijo, es incluso, y con cierta sofisticación, un compendio de ideas políticas (ver “La república galáctica debía caer” Pablo Simón en Jotdown).
“El despertar de la Fuerza” no es nada de eso. Disney ha tomado la franquicia y la ha convertido en su producto. Algo perfectamente honesto, pero resulta algo discutible que al resultado se le vincule con los seis episodios anteriores, más allá del logo.
Porque el resultado es blando, con todas las aristas eliminadas, infantil. El mal se ve reflejado en unos malvados que más que inquietantes, parecen enfurruñados. Los héroes llegarían como mucho al nivel de chóferes de Obi Wan Kenobi. El supuesto desgarro interno del que parece va a ser el personaje central de la nueva saga, se ventila en tres escenas de una simplicidad desoladora. Un contraste brutal con la tragedia de Anakin Skywalker, que es la columna vertebral de las seis películas anteriores.
Y por tanto lo que queda es una historia distorsionada para los que ya la conocían, en la que incluso los personajes que supuestamente dan continuidad son irreconocibles. Ni siquiera los aspectos técnicos que deben apuntalar el relato, música y efectos visuales, están a la altura. Resultan planos, sin originalidad, tan repetitivos como las numerosas escenas robadas a las seis películas anteriores.
George Lucas es sin duda, no ya un genio cinematográfico, sino un genio comercial. Es capaz de participar en los beneficios de un producto que lo único que va a hacer es revalorizar aún más sus seis películas, tal es el contraste entre aquellas y ésta.
Solo le veo un aspecto positivo a este ejercicio comercial. El de introducir a Star Wars a una nueva generación de niños que un día descubran la historia de Anakin Skywalker y Padmé Amidala.
Curiosity killed the cat 